A medida que el embarazo avanza, se van sucediendo una serie de adaptaciones fisiológicas y anatómicas en el cuerpo de la gestante.

Para mantener el equilibrio y la dinámica ante cambios tan importantes como el crecimiento del vientre, la biomecánica del cuerpo sufre enormes adaptaciones: cambia el centro de gravedad, aumenta la base de sustentación, se flexibilizan progresivamente las grandes estructuras para dar lugar al canal de parto, entre otros.

En todos estos cambios la pelvis es fundamental. La Kinesiología obstétrica acompaña a la gestante en cada uno de los trimestres.

  • Primer trimestre: En esta etapa, si no se trata de un embarazo de riesgo, se realiza una evaluación inicial para preparar el complejo abdomino lumbo pélvico para un embarazo sin dolor y sin secuelas.
  • Segundo trimestre: Habiendo dejado atrás el primer trimestre (en el que suelen presentarse molestias como cansancio, náuseas, entre otras), en esta etapa se trabaja en pos de una pelvis estable y equilibrada, con una correcta gestión de las presiones que se ejercen durante los esfuerzos manteniendo una musculatura tónica sin tensión ni dolores.
  • Tercer trimestre: Durante el último trimestre, el trabajo se enfoca en la propiocepción del periné (percepción de la musculatura de suelo pélvico) y su relación con el transverso abdominal. La coordinación entre estos dos grupos musculares será muy importante al momento de coordinar un pujo eficaz con la acción de periné y facilitar el parto.

Un periné flexible y consciente tiene más probabilidades de evitar una episiotomía que uno que no trabajado.

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No invasivas, sin efectos adversos y con resultados efectivos y duraderos.

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